viernes, 9 de junio de 2017

¿De qué debemos alimentar nuestra alma?
Del bien para ella: “La pregunta estalló como dinamita en noche silenciosa, Gaudencio la formuló, no era poca cosa.  “¿Con qué alimentas tu alma?  ¿Qué vives, qué haces, qué dices, qué crees, qué piensas, qué lees, cómo en esta vida te proyectas?  ¿Cómo y de qué manera a tu alma entrenas?  ¿Escojo una vida para alimentar el cuerpo, sus anhelos y deseos?  ¿O escogemos una vida que llene nuestra alma de buen alimento y que sea también de bien a nuestro cuerpo?  No, por favor, no me contestes a mí.  Que la respuesta que tengas sea para ti” Cuentos del Reino; Daniel Aragón, “Dijo mi alma al Señor, no hay bien para mí fuera de Ti”; 08-06-2017. 

Debemos saber escoger qué es lo que realmente es de bien para el desarrollo de mi alma.  Por eso decidimos oír, hablar o aceptar palabras.  Escuchar, leer o ver cosas que edifiquen o quebranten mi alma.  Estudiar, construir, realizar, trabajar, producir, en aquellas actividades que sirvan o no de bendición a los demás.  El salmista David llegó a la conclusión de que para el alma no hay bien fuera de Jehová.  “Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti.”  Sal.16:2.


Padre, gracias porque Tú has diseñado para mi alma el único bien para ella: ¡Tú!  Es a través de Ti, tu relación, tu Palabra, tus obras, tu servicio, el mejor alimento para el desarrollo de mi alma.  Que siempre tenga mi alma al Señor.  En el nombre de Jesús, amén.  Tu hermano y amigo Daniel Aragón.  Feliz día en el Señor. 

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