¿De qué debemos alimentar
nuestra alma?
Del bien para
ella: “La pregunta estalló como dinamita en noche silenciosa, Gaudencio la
formuló, no era poca cosa. “¿Con qué
alimentas tu alma? ¿Qué vives, qué
haces, qué dices, qué crees, qué piensas, qué lees, cómo en esta vida te
proyectas? ¿Cómo y de qué manera a tu
alma entrenas? ¿Escojo una vida para
alimentar el cuerpo, sus anhelos y deseos?
¿O escogemos una vida que llene nuestra alma de buen alimento y que sea
también de bien a nuestro cuerpo? No, por
favor, no me contestes a mí. Que la
respuesta que tengas sea para ti” Cuentos del Reino; Daniel Aragón, “Dijo mi
alma al Señor, no hay bien para mí fuera de Ti”; 08-06-2017.
Debemos saber
escoger qué es lo que realmente es de bien para el desarrollo de mi alma. Por eso decidimos oír, hablar o aceptar
palabras. Escuchar, leer o ver cosas que
edifiquen o quebranten mi alma. Estudiar,
construir, realizar, trabajar, producir, en aquellas actividades que sirvan o
no de bendición a los demás. El salmista
David llegó a la conclusión de que para el alma no hay bien fuera de
Jehová. “Oh alma mía, dijiste a Jehová: Tú
eres mi Señor; No hay para mí bien fuera de ti.” Sal.16:2.
Padre, gracias
porque Tú has diseñado para mi alma el único bien para ella: ¡Tú! Es a través de Ti, tu relación, tu Palabra,
tus obras, tu servicio, el mejor alimento para el desarrollo de mi alma. Que siempre tenga mi alma al Señor. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.
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