viernes, 14 de septiembre de 2018

Ahora oye mi voz



¿Qué se debe de evitar al aconsejar?
Criticar, culpar, señalar: “Eustaquio quiso saber cómo se había de aconsejar, por eso fue donde Gaudencio para escucharlo hablar. “En primer lugar debes de saber que quien se te acerca para recibir un consejo, confía en ti, en tu sano y buen juicio y esto es un privilegio.  Jamás pues te sientas superior a quien te llega a consultar y desea contigo hablar. De pecador a pecador van a hablar, de discípulo a discípulo, de hermano (a) a hermano (a); por lo tanto, ten cuidado de señalar, juzgar, criticar o querer imponer tu voluntad. Muéstrale las opciones y déjale que decida, lo que escoja o haga es su decisión, su problema, nunca demuestres molestia; no regañes ni reconvengas. No es tu hijo (a), ni tu marioneta.” Cuentos del Reino, Daniel Aragón; “Aconsejar sin criticar ni juzgar”; 13-09-2018.

Qué importante es no juzgar, no culpar, no criticar ni señalar a quien se va a aconsejar. Por lo general tendemos a querer hacerlo, sin embargo los mejores resultados de recibimiento del Señor y de cambios, se dan cuando somos capaces de auto controlarnos. Si queremos ser humildes, debemos de ser fuertes en nuestra fe para no dejarnos arrastrar por impulsos emocionales. Amables y misericordiosos, tratando de fortalecerlos con tu propia experiencia y hablando de tus propios errores, de tus fortalezas y de cómo has podido vencer tal y cual problema. Luego aconsejar siempre, de tal manera que la persona pueda ser quien decida qué hacer. “Oye ahora mi voz; yo te aconsejaré, y Dios estará contigo. Está tú por el pueblo delante de Dios, y somete tú los asuntos a Dios.” Éxo.18:19.

Padre, dame siempre de la humildad necesaria para no señalar, culpar, o juzgar a aquellas personas que tengo que aconsejar. Dame amor y misericordia para amarlas, aún cuando ellos tomen una decisión que a mis ojos sea equivocada, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

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