Al servir: “Ay maestro, soy
muy infeliz. No he logrado terminar mis proyectos, no he podido culminar, me he
quedado por ahí. No tengo el título deseado, no he viajado. Todo lo que había
planificado para mí, por la borda lo he echado. ¿Qué puedo hacer maestro para
ser feliz?”—preguntó Eulogia con rostro infeliz. El maestro pensativo le dijo
muy asertivo: “La felicidad no es algo que tienes que buscar. Es sencillo, la
felicidad es fruto del amor y del servicio. En este ejercicio es que obtienes
como fruto, al servir y por lo tanto amar: la felicidad.” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “La felicidad obtendrás al servir y
al amar”; 07-09-2018.
Decidimos
ser felices cuando aprendemos a amar, cuando servimos a las personas que tienen
necesidad. La felicidad no está en el dinero que ganas, en los viajes
realizados, en las propiedades que has comprado, en los títulos que has
logrado. No, la felicidad es un fruto que obtenemos de alegría, fortaleza y
satisfacción, cuando amamos y servimos a los demás. Cuando resolvemos a otros
alguna necesidad y como el samaritano, a ti todo te ha costado. “En lo que requiere diligencia, no
perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor;” Rom.12:11.
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