martes, 11 de septiembre de 2018

La codicia es destructiva y dañina


¿Qué debemos de arrancar de nosotros?
La codicia: “Eulalio le contó a Eustaquio: “Aurelio vive muy bien: tiene abundante dinero, siempre anda caché, sus vestidos son de ensueño y vaya, tiene una bella mujer. Cuánto quisiera, lo que él tiene, tener.” El joven Eustaquio le contestó así a Eulalio: “Con esos pensamientos: ¡Mucho cuidado! Eso se llama codicia, es casi seguro que tienes agregado el egoísmo y el orgullo. La codicia es un sentimiento peligroso, que tiende a la autodestrucción. Pídele a Dios que te lo quite de romplón” Cuentos del Reino; Daniel Aragón; “Codicia es autodestrucción”; 11-09-2018.

La codicia es también avaricia, es el deseo de ser egoísta y de querer acaparar todo para uno mismo. Es un sentimiento que se inclina por llenar el vacío espiritual con cosas materiales, o bienes como dinero, sexo, poder, comida, atención de otros, conocimiento.  Se puede sentir codicia de casi cualquier cosa. Puede ser hacia algo concreto o hacia algo abstracto, real o simbólico. La persona avariciosa nunca se contentará con lo que tiene, siempre querrá más y más; y está será una vida de tortura, orgullo, egoísmo y vanidad. Esto sólo Dios lo puede arrancar. “Ni plata, ni oro, ni vestido de nadie he codiciado” Hch.20:33.

Padre, la codicia es un mal que atrae a otros males, quita de mí toda codicia Señor y que pueda ser mejor generoso, dadivoso y velar por el bienestar de los demás. En el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz día en el Señor.

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