La codicia: “Eulalio le contó
a Eustaquio: “Aurelio vive muy bien: tiene abundante dinero, siempre anda
caché, sus vestidos son de ensueño y vaya, tiene una bella mujer. Cuánto
quisiera, lo que él tiene, tener.” El joven Eustaquio le contestó así a
Eulalio: “Con esos pensamientos: ¡Mucho cuidado! Eso se llama codicia, es casi seguro
que tienes agregado el egoísmo y el orgullo. La codicia es un sentimiento
peligroso, que tiende a la autodestrucción. Pídele a Dios que te lo quite de
romplón” Cuentos del Reino; Daniel
Aragón; “Codicia es autodestrucción”; 11-09-2018.
La
codicia es también avaricia, es el deseo de ser egoísta y de querer acaparar
todo para uno mismo. Es un sentimiento que se inclina por llenar el vacío
espiritual con cosas materiales, o bienes como dinero, sexo, poder, comida,
atención de otros, conocimiento. Se
puede sentir codicia de casi cualquier cosa. Puede ser hacia algo concreto o
hacia algo abstracto, real o simbólico. La persona avariciosa nunca se
contentará con lo que tiene, siempre querrá más y más; y está será una vida de
tortura, orgullo, egoísmo y vanidad. Esto sólo Dios lo puede arrancar. “Ni plata, ni oro, ni vestido de nadie he
codiciado” Hch.20:33.
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