¿Qué nos pide el
Señor si nos enojamos?
Que no pequemos,
que controlemos nuestro temperamento: “Eustorgia echaba humo, estaba muy
enojada, por eso confesó malhumorada: “Qué se ha creído este Aureliano, anoche
me dejó plantada donde nos citamos. Enojada aún estoy eso es un hecho, por eso
voy a desquitarme, ahora saldré con Aurelio”—dijo adustamente. El maestro
Gaudencio le dijo así astutamente: “No Eustorgia, uno puede enojarse pero
también controlarse. No es necesario fallar a la moral, sólo porque estás
airada. Una relación importante puedes severamente afectar” Cuentos del Reino, Daniel Aragón; “Enojarse
sin en lo moral afectarte”; 06-07-2019.
Nosotros
tendemos a actuar de una manera desbocada cuando estamos enojados. Pero hay que
pedirle al Señor que podamos aceptar los disgustos y conservar la tranquilidad,
y que la presencia del Espíritu Santo esté con nosotros para que nos traiga paz
en medio de agobiantes situaciones, perturbadoras circunstancias y
controversiales conflictos. Lo mejor para adquirir la tranquilidad inmediata,
es perdonar y que el enojo no duerma en nosotros. Veremos entonces que Dios sí
está al lado nuestro, cuando logremos esto: “Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo,”
Efe.4:26.
Padre,
sea en mí tu Santo Espíritu para que me dé el poder de controlar mi
temperamento y mis emociones, entre ellas el enojo. De tal manera que pueda actuar en forma que te agrade y te dé honra y a
mí paz, en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz
día en el Señor.
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