¿Qué debemos de
hacer para no pecar con nuestra lengua?
Atender nuestros
caminos, guardar mi boca con freno: “Orquídea llegó llorando, sentía que otra
vez había fallado: “¿Por qué no pude refrenar mi lengua maestro?, estaba
Eulogia hablando barbaridades, diciendo sobre los cristianos bascosidades. Creí
que mi deber era a mis hermanos defender, mas terminé diciendo maldiciones y
acabe por ofender”—confesó honestamente. El maestro Gaudencio le dijo
rápidamente: “Para no pecar con palabras vanas, debemos de atender nuestros
caminos de manera llana: examinarnos plenamente y meditar sobre qué es lo que
me enciende. Aprender a guardar nuestra boca con freno, sobre todo delante de
los impíos y ateos” Cuentos del Reino;
Daniel Aragón; “Atenderé mis caminos para no ser con mi boca dañino”;
30-01-2019.
No
es difícil hablar buenas palabras con las personas que muy bien nos hablan o
nos tratan. Quizás en nuestra casa, en la Iglesia, en la escuela o en el
trabajo donde laboramos y hasta en nuestra comunidad o algún lugar lejano. Pero
en esos lugares podremos encontrar personas que nos digan palabras groseras o
bien, que en Dios no crean; por lo tanto jamás medirán sus palabras. Pero nosotros
sí podemos, para eso, atendamos nuestros caminos y examinémonos constantemente
y así aprendemos a poner a nuestra boca, freno. “Yo dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua; Guardaré
mi boca con freno, En tanto que el impío esté delante de mí.” Sal.39:1.
Padre,
permíteme y guíame para poder atender
mis actitudes, mi forma de actuar, mis caminos y pueda entonces lograr mi boca
frenar, aún delante del impío, de modo que puedan mis labios bendecir y no
maldecir en el nombre de Jesús, amén. Tu hermano y amigo Daniel Aragón. Feliz
día en el Señor.