¿Qué es más
importante que conocer la Palabra de Dios?
Conocer al autor
de esa Palabra: “Un
famoso actor de teatro entretenía a los huéspedes…se ofreció a que le pidieran
alguna pieza extra, por lo que un tímido sacerdote le preguntó si conocía el
Salmo 23. El actor respondió de
inmediato: – “Sí, Padre, lo conozco, y estoy dispuesto a recitarlo con una
condición… que después lo recite usted.” El sacerdote se sintió un poco
incómodo, pero accedió a la condición. El actor hizo una bellísima
interpretación, con una dicción perfecta: “El Señor es mi Pastor, nada me faltará…”
Al final, los huéspedes aplaudieron vivamente, elogiando la interpretación. Entonces
llegó el turno del sacerdote… este se levantó muy despacio y, tras un momento
de silencio, cerró los ojos y recitó lentamente las mismas palabras que
momentos antes pronunció el actor…No hubo aplausos, sólo un profundo silencio
llenó la sala mientras algunas lágrimas comenzaban a brotar. El actor se
mantuvo en silencio unos instantes, después se levantó y dijo: – “Espero que se
hayan dado cuenta de lo que ha sucedido aquí esta noche… yo conocía el Salmo,
pero el sacerdote conoce al Pastor.” Autor desconocido, tomado del Internet.
Por
supuesto que para conocer a Dios se necesita leer la Palabra de Dios. Pero una cosa es recitar la Biblia de
memoria, y otra cosa es tener una relación con el Señor. Porque si no hay
relación íntima con Él, la Palabra tiende a ser como la semilla que es tomada
por las aves en el camino. Así que es
importante leer y conocer la Biblia, pero es mucho más importante conocerlo a
Él. “para que el Dios de nuestro Señor
Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en
el conocimiento de él,” Efe.1:17.